LOS CORRALES DE COMEDIAS
En el S.XVII, las representaciones del teatro barroco se realizaban en los patios interiores de una manzana de casas. Este espacio era denominado corral de comedias. En estos lugares, se representaban obras de autores tan destacados como Lope de Vega, Tirso de Molina o Calderón de la Barca.
El corral de comedias constituyó el primer lugar dedicado a la representación de teatro. Antes de su aparición, las obras se representaban en palacios, salones… Por lo tanto no eran accesibles a la mayor parte de la población. Quizá en la creación de estos lugares radicó el éxito del teatro del Siglo de Oro. Los corrales de comedia tuvieron su origen a partir de 1560, y experimentaron un gran auge en 1600 gracias al apoyo tanto del rey como de la población.
Estos patios interiores entre manzanas de casas tenían distintos elementos y partes.
En uno de los lados se alzaba el tablado, donde se interpretaban las obras. Este escenario tenía 3 partes:
- El propio tablado, donde se desarrollaba la mayor parte de la acción.
- El balcón o balconada, situado justamente detrás y encima del tablado. Desde este balcón se realizaban escenas en las que determinados personajes se encontraban a una altura superior. Por ejemplo, personajes que simulaban estar en el balcón de su casa, personajes que se hallaban en una montaña, etc. Este balcón se encontraba en la primera planta de un edificio denominado vestuario. Este edificio tenía 3 plantas más: primer corredor, segundo corredor y desván de los tornos (donde se alojaba la maquinaría que movía la tramoya, conjunto de dispositivos que permitían cambiar el decorado, si lo había).
- El foso, del cual salían los personajes que representaban al demonio o a criaturas del infierno.
En los inicios del corral de comedias no se usaba decorado alguno. El escenario estaba desnudo. Esto obligó a los autores a crear un teatro en el cual las palabras de los personajes llevasen a los espectadores a través de la historia y los distintos espacios. Posteriormente, algunas representaciones de los corrales de comedias incorporaron decoraciones sencillas. Como las representaciones transcurrían por la tarde (duraban varias horas), determinados elementos utilizados durante la representación por los actores (un gorro de dormir, una linterna de mano…) servían para ubicar al espectador. Además, la ausencia de telón marcó que se tuviesen que utilizar determinados procedimientos para avisar al espectador de que comenzaba la representación: música, ruido…
Los espectadores se situaban en diferentes lugares del corral de comedias según su estatus social:
- En las habitaciones o aposentos de las casas que daban al patio se situaban personas con un alto estatus social: duques, marqueses, condes, altos cargos de la iglesia, cargos de la administración, y demás gentes principales. Evitaban así, mezclarse con el pueblo llano.
- Los desvanes (en los edificios laterales) y la tertulia (en el edificio frontal) estaban en numerosas ocasiones reservados para nobles o religiosos. Se situaban debajo del tejado.
- El público más modesto, que era la mayoría, se situaba en el patio central (el espacio frente al tablado). Podían ver la obra, bien sentados en bancos, tarimas, taburetes o gradas laterales, o bien de pie. Los hombres aquí situados eran denominados “mosqueteros”, y tenían el poder de alzar o hundir la obra con sus aplausos, silbidos, etc. También podían localizarse en las ventanas con rejas en la primera planta de las casas, desvanes si no estaban ocupados por nobles, etc.
- Las mujeres estaban separadas de los hombres. Se encontraban en un espacio denominado cazuela, que era una especie de grada situada en la casa delante del tablado. Para no mezclarse con los hombres accedían por una puerta especial.
- En algunos teatros existía un palco real encima de la cazuela, en el que se situaba el rey, que era asiduo de estas representaciones.
El patio del corral estaba al aire libre, pero cubierto con un toldo que protegía a los espectadores del sol e igualaba toda la iluminación del espacio. Además la voz de los actores en lugar de perderse “rebotaba” y se oía mejor.
A ambos lados de la entrada se situaban los alojeros o alojarías, donde se podían comprar tentempiés. El hecho de que hubiese una taquilla en la entrada permitió que, al recaudarse fondos, se pudiesen mejorar las obras siguientes. Algunas de estas ganancias se utilizaban para financiar hospitales de caridad.
Entre los principales corrales de comedias españoles cabe mencionar el corral del Príncipe y el corral de la Cruz (Madrid), el de Doña Elvira, el de San Pedro y la Montería (Sevilla), la casa de comedias de la Olivera y la Nova de la Olivera (Valencia), las casas de comedias de Oviedo, Badajoz, Pamplona y Córdoba, El teatro de Puerta Real de Granada, el patio de comedias de Guadalajara, el corral de Alcalá de Henares y el corral de Almagro. En estos dos últimos todavía se realizan representaciones en la actualidad. El corral de Almagro es el que hoy en día mejor se conserva, del cual podemos ver abajo una imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario